Un mundo con internet de las cosas
La idea de una comunicación entre objetos físicos a través
de internet no es nueva. Cuando se habla de personas en la red, lo hacemos en
sentido figurado porque la realidad es que son nuestras máquinas que están
interactuando. IoT implica que las cosas comiencen a asumir un papel que hasta
ahora se había reservado solo para los humanos. La ambición es que estos
dispositivos puedan utilizar, crear y analizar enormes cantidades de
información sin requerir la intervención de las personas.
La generalidad de la palabra "cosas" evidencia las
infinitas posibilidades que representa esta nueva tecnología. La amplitud de
IoT abarca desde lo más elemental como lámparas inteligentes capaces de ahorrar
energía y cepillos que monitorean nuestra salud dental hasta escenarios más
complejos como la conexión de implantes médicos, semáforos, autos y edificios
enteros llegando a la mayor aspiración: conectar ciudades enteras.
Es importante destacar que la Internet de las Cosas es
inevitable. No es una moda pasajera ni una tendencia fugaz destinada a
desvanecerse en pocos años. El IoT es el paso sucesivo en el universo de la
tecnología y comunicación. Junto con otros como la inteligencia artificial,
robotics y cloud computing es completamente irrevocable.
En conclusión, nos esperan tiempos emocionantes en el campo
de la tecnología, aunque aún estamos lejos de una realidad de ciencia ficción.
Mientras los dispositivos se vuelven cada vez más inteligentes, es esencial
comprender el potencial y los límites de IoT y poner todos los aspectos de esta
tecnología en la balanza.
Nos encantaría conocer su opinión respecto al tema expuesto,
los invitamos a participar y así ampliar colectivamente el conocimiento.
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